Los recursos y su defensa forman parte natural de la vida de nuestros perros. Protegen lo que consideran importante, ya sea comida, juguetes, un lugar donde dormir o incluso a nosotros, los humanos. Este comportamiento tiene profundas raíces en la evolución y está estrechamente ligado a la supervivencia y al orden social dentro de los grupos.
La defensa de los recursos no es un "problema", sino una expresión normal de sus necesidades y de su percepción del entorno. Sin embargo, la frustración causada por malentendidos o malos tratos puede convertir este comportamiento en agresivo. Sobre todo cuando los perros aprenden que los recursos no son seguros o que son "castigados" por cederlos.
A nosotros, como personas con perros, nos corresponde comprender este comportamiento y responder con respeto. En lugar de provocar frustración, debemos mostrar a nuestros perros que los recursos son seguros y que compartirlos o regalarlos no supone una pérdida.
En el curso posterior del plan de adiestramiento, puede volver a los ejercicios ya mostrados (días 42 a 48) para la señal de "apagado" con el fin de enseñar suavemente a su perro que no es necesario defender los recursos. Equipado con este conocimiento, podrá comprender mejor a su perro y trabajar con él para crear una vida cotidiana armoniosa.